15 de Abril: Donde nace lo Eterno
El arte celebra su día, y el alma también
Porque donde hay arte, hay vida. Y donde hay vida, hay posibilidad.
El 15 de abril no es una fecha cualquiera: es el Día Mundial del Arte, una jornada para rendir homenaje a la capacidad humana de crear belleza, de expresar lo invisible y de transformar el mundo con ideas, colores, formas y sonidos. No es casual que la fecha coincida con el nacimiento de Leonardo da Vinci, símbolo universal de la creatividad sin fronteras: pintor, escultor, arquitecto, científico, inventor. Un artista total. Un alma inquieta que nunca dejó de buscar.
¿Por qué necesitamos del arte?
Porque el arte nos atraviesa. Nos conecta. Nos eleva.
No es solo lo que cuelga de una pared o se exhibe en un museo. El arte también está en un niño que dibuja con crayones, en una canción que nos eriza la piel, en un actor que nos conmueve con una mirada o en una bailarina que parece flotar. Está en las manos del alfarero, en la imaginación del escritor, en la voz del cantor callejero. En los colores que alguien mezcla sin saber por qué… pero sabiendo para qué: para expresar lo que no entra en las palabras.
El arte nos salva
En un mundo cada vez más acelerado, tecnológico y predecible, el arte es esa grieta luminosa que nos devuelve lo humano. Es espacio de juego, de introspección, de resistencia. Nos permite habitar el tiempo de otra manera. Nos devuelve al asombro.
En tiempos difíciles, el arte nos sostiene. En tiempos felices, nos expande. Y en los momentos más simples, nos recuerda que estamos vivos.
La creatividad como acto cotidiano
Celebrar el arte también es valorar la creatividad diaria: cuando alguien diseña una receta con cariño, cuando decoramos una mesa con flores, cuando improvisamos una historia para nuestros hijos antes de dormir. Todos, en algún rincón, somos artistas. Y todos tenemos derecho a expresarnos.
No hace falta tener títulos ni exposiciones. Solo hace falta animarse. El arte no pide permiso.
El arte en zona norte: identidad en movimiento
En la zona norte de Buenos Aires, el arte vive y respira en cada rincón. Desde las galerías independientes hasta los grupos de teatro barrial, desde los talleres de cerámica hasta los músicos que animan plazas y ferias. Hay colectivos de artistas, murales que embellecen los barrios, y propuestas culturales que, sin estridencias, van sembrando belleza.
Este 15 de abril no hace falta que pintes un cuadro o escribas una novela. Pero tal vez puedas regalarte un momento. Cantar en la ducha. Bailar con los ojos cerrados. Visitar una muestra local. Escribir una carta. Dibujar un corazón. Leer un poema en voz alta.
Porque cuando el arte entra en escena, todo lo demás cobra sentido.
Leonardo da Vinci – El genio autodidacta
Leonardo da Vinci nació en 1452 en una familia pobre en Vinci, Italia. Era hijo ilegítimo de un notario y una campesina, lo que lo excluyó de una educación formal. Sin embargo, su infinita curiosidad lo llevó a observar la naturaleza, diseccionar cuerpos en secreto y llenar cientos de cuadernos con inventos adelantados a su tiempo. Sin dinero ni títulos, se convirtió en uno de los mayores artistas e inventores de la historia, pintando la Mona Lisa y diseñando prototipos de máquinas voladoras siglos antes de que existieran los aviones.