La República de los Niños: un viaje al corazón de la infancia
Hay lugares que no solo se visitan, sino que se viven. Lugares que despiertan recuerdos y construyen sueños. Uno de esos rincones mágicos está en Gonnet, en las afueras de La Plata, Argentina. La República de los Niños, ese parque donde todo parece salido de un cuento, es mucho más que un espacio de diversión. Es un universo en miniatura donde la imaginación manda, y las risas se convierten en su idioma universal.
Un sueño hecho realidad
La historia de la República de los Niños comienza en 1949, cuando el presidente Juan Domingo Perón soñó con un espacio dedicado exclusivamente a los chicos. Un lugar donde pudieran aprender sobre ciudadanía y democracia mientras jugaban, donde fueran los protagonistas absolutos. Diseñado por los arquitectos Jorge Lima y Lima y los ingenieros Cuenca y Juárez, este parque fue inaugurado el 26 de noviembre de 1951.
Con una extensión de 53 hectáreas, la República de los Niños fue concebida como una ciudad a escala infantil, con edificios inspirados en diferentes estilos arquitectónicos del mundo: castillos medievales, catedrales góticas, casas victorianas y construcciones coloniales. Desde el primer momento, su diseño buscó encender la imaginación, como si los niños pudieran pasear por un cuento de hadas hecho realidad.
El parque fue un proyecto ambicioso y único en el mundo. Se convirtió en un modelo para otros parques temáticos posteriores, incluso inspirando la creación de Disneyland. Según relatos, Walt Disney visitó este lugar en los años 50 y quedó cautivado por su concepto.
Un día en la República
Llegar a la República de los Niños es como abrir un libro mágico. Apenas se cruzan los portones, el aire parece diferente, cargado de una mezcla de aventura y nostalgia. Los pequeños corren entre edificios coloridos y torres que parecen pertenecer a un reino lejano, mientras los mayores los observan con una sonrisa melancólica, recordando cuando ellos mismos correteaban por esos mismos pasillos.
En el corazón del parque, se encuentra la Casa de Gobierno, una réplica a escala infantil del Palacio Legislativo argentino, donde los chicos pueden jugar a ser presidentes, ministros o diputados. A través de actividades recreativas, aprenden sobre cómo funciona la democracia y la importancia de participar en decisiones colectivas.
El parque también cuenta con un banco, una estación de tren, un puerto, un teatro y hasta un aeropuerto en miniatura. Cada rincón está diseñado para enseñar, pero también para inspirar. Desde pequeños, los niños descubren que pueden ser lo que quieran: arquitectos, marineros, artistas o pilotos.
Recuerdos que perduran
Para quienes visitaron la República de los Niños en su infancia, el recuerdo de esos días felices permanece imborrable. Es imposible olvidar el tren que recorre el parque, una verdadera máquina del tiempo que conecta los paisajes de la niñez con el presente. Tampoco se olvida el barco amarrado en su lago, que invita a soñar con viajes a tierras desconocidas.
Los olores también evocan esos días: el aroma de pochoclos recién hechos o el dulce perfume de los caramelos que se venden en los quioscos. Y por supuesto, el sonido de las risas, ese murmullo constante que parece envolverlo todo, como si el parque respirara la alegría de los chicos.
Una historia en constante evolución
Con el paso de los años, la República de los Niños ha sabido adaptarse a los tiempos. Se renovaron espacios y actividades para seguir capturando la atención de las nuevas generaciones. El parque también se convirtió en un lugar para eventos culturales, conciertos y espectáculos teatrales, consolidándose como un referente de la región.
Hoy, además de ser un destino turístico, la República de los Niños es un símbolo de inclusión y aprendizaje. Sus programas educativos continúan inculcando valores esenciales como el respeto, la igualdad y la importancia de cuidar nuestro entorno.
Un viaje al corazón de la infancia
Visitar la República de los Niños es reencontrarse con la parte más pura y soñadora de uno mismo. Es caminar por un puente entre generaciones, donde los adultos se conectan con su pasado y los chicos construyen los recuerdos del mañana.
Porque en ese rincón de La Plata, los sueños tienen casa propia, y cada visitante, sin importar la edad, se lleva un pedacito de esa magia a casa. La República de los Niños no es solo un parque; es una invitación a no dejar nunca de soñar
Camino General Belgrano y 500 – M. B. Gonnet – La Plata Celular: 0221 484-1409 / info_republica@laplata.gob.ar
Acompañan este Paseo:
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