22 de abril: Día Internacional de la Madre Tierra.
Volver a la Tierra con los pies, las manos y el corazón
El Día Internacional de la Madre Tierra no es una fecha más: es una oportunidad para reconectar con lo esencial. El planeta nos habla… la pregunta es: ¿estamos escuchando?
¿Por qué celebramos el Día de la Madre Tierra?
En 1970, un joven activista y un senador estadounidense impulsaron la primera gran manifestación ambiental. Millones de personas se unieron.
La ONU oficializó la fecha en 2009, reconociendo lo que ya sabíamos en el corazón: la Tierra no solo nos rodea… nos sostiene, nos nutre, nos da vida.
Un solo hogar, miles de formas de cuidarlo
Desde ferias ecológicas hasta charlas en escuelas, el mundo entero se moviliza en esta fecha para sembrar conciencia.
En nuestra región también florecen las ideas: escuelas de Tigre, San Fernando, San Isidro y Vicente López impulsan huertas, jornadas de reciclado, murales colectivos y proyectos que inspiran a chicos y grandes.
¿Qué nos dice hoy el planeta?
Calentamiento global, pérdida de biodiversidad, contaminación…
La Tierra grita. Pero también susurra esperanza.
Podemos cambiar. Podemos sanar. Cada gesto, por mínimo que parezca, suma.
Pequeñas acciones, grandes historias
Desde alumnos de jardín que juntan tapitas para ayudar a un hospital… y para que no lleguen al río, hasta una abuela que transforma su terraza en un jardín urbano y les enseña a sus nietos a sembrar. Pasando por un padre que guarda el envoltorio de una golosina hasta encontrar un tacho para no tapar una alcantarilla, o una madre que convierte cáscaras de frutas en compost hasta un hermano que le enseña a un menor a esperar el momento justo para tirar su chicle y que ningún pájaro lo confunda con comida, son acciones cotidianas que también transforman. Lo cercano también enseña.
Cuidar la Tierra es agradecer
Apagar luces. Plantar un árbol. Separar residuos. Comprar menos y mejor. Valorar lo local.
No es un sacrificio. Es un acto de gratitud.
Este 22 de abril, regalemos algo valioso: atención
Escuchemos. Cuidemos. Abracemos a la Madre Tierra.
Porque no hay planeta B. Y porque este, el único que tenemos… nos necesita más despiertos que nunca.
Agradecemos especialmente la colaboración de:
Biblioteca Popular Nora Bombelli