Uribelarrea: historia viva, sabores criollos y descanso rural a un paso de Buenos Aires

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Una escapada con alma de pueblo y memoria de otra Argentina

A tan solo una hora y media de la Ciudad de Buenos Aires, Uribelarrea parece detenido en un tiempo propio. Sus calles de tierra, su arquitectura centenaria y su ritmo pausado invitan a frenar, respirar hondo y reencontrarse con lo simple. Pero este pueblo no es solo lindo: también tiene historia, identidad y tradiciones que se siguen cultivando.

Un pueblo que nació con vocación agrícola y educativa

Uribelarrea fue fundado oficialmente en 1890, pero su origen tiene una historia particular. Todo comienza con Miguel Nemesio de Uribelarrea, un estanciero y filántropo argentino que donó tierras al Estado para fundar un pueblo agrícola y una escuela rural. La idea no era solo levantar casas: era construir una comunidad autosuficiente que combinara el trabajo del campo con la educación.

Así nació la Escuela Agrotécnica Salesiana Don Bosco, que aún hoy funciona y forma a jóvenes en tareas rurales, siendo una de las más antiguas del país. El pueblo fue diseñado con un trazado en forma de damero, con una plaza central, una iglesia, y terrenos amplios que permitirían el crecimiento organizado. Fue uno de los primeros ejemplos de urbanismo rural planificado en la Argentina.

Un pueblo en el cruce de dos siglos

A fines del siglo XIX, la región era parte de una Argentina en expansión, con un modelo agroexportador que miraba a Europa y que crecía al ritmo del ferrocarril. El tren llegó a Uribelarrea en 1892, y con él llegaron inmigrantes italianos, españoles y vascos que aportaron su trabajo, cultura y sabores. El contexto mundial era de tensiones, pero también de descubrimientos: se abría la Torre Eiffel, se consolidaba el cine, y Buenos Aires crecía como una de las capitales más pujantes del hemisferio sur.

Uribelarrea fue un engranaje silencioso de ese gran proceso: produciendo, educando y forjando identidad en la llanura bonaerense.

De colonia agrícola a joya turística

Durante gran parte del siglo XX, Uribelarrea siguió siendo un pueblo tranquilo, de campo, con vecinos que se conocían por su nombre y donde la vida pasaba sin sobresaltos. Pero en los últimos años, algo cambió.

El crecimiento urbano de Cañuelas y el desarrollo de nuevas rutas hicieron que muchos redescubrieran Uribe (como le dicen con cariño). Los fines de semana, el pueblo empezó a recibir visitantes atraídos por su estilo de vida, sus pulperías, su comida casera y su aire puro. El cine también puso su grano de arena: Uribelarrea fue escenario de películas como «Juan Moreira» (de Leonardo Favio) y «Evita» (con Madonna).

Hoy es un destino turístico elegido por quienes buscan experiencias auténticas, sin perder el espíritu de pueblo.

Tradiciones vivas y encuentros con alma

Uribelarrea mantiene varias tradiciones. La más popular es la Fiesta de la Picada y la Cerveza Artesanal, que se realiza cada octubre y convoca miles de personas. También hay ferias de artesanos, exposiciones rurales y celebraciones religiosas que dan vida a la plaza y sus alrededores.

La identidad de Uribe se siente en sus detalles: los vecinos que te saludan, las señoras que venden dulce casero en las veredas, los caballos que aún circulan por el pueblo, y los chicos de la Escuela Don Bosco que aprenden oficios con orgullo.

Para visitar:

  • Iglesia Nuestra Señora de Luján (1890)
  • Escuela Agrotécnica Salesiana
  • Antiguo almacén de ramos generales
  • Estación de tren y museo ferroviario

Consejo reCreo:
Visitá durante la semana si querés vivir el pueblo en su versión más calma. Y si vas un finde, llegá temprano para encontrar lugar en los restaurantes. Si te gusta la fotografía, llevá la cámara: Uribe tiene una luz que enamora.


Agradecemos especialmente la colaboración de:

Pueblo Escondido, Restaurante & Salumería

El Retoño, Casa de Té

Taller Electromecánico Petrei & Foglia

Quinta La Esperanza Cabañas


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