¿Bruto por conveniencia?

Supongamos que tenemos seis monos en una habitación en cuyo centro colocaron una escalera y sobre ella un racimo de bananas.
Rápidamente uno de los monos sube las escaleras hacia las bananas. En el mismo momento en que toca la escalera, todos los monos son rociados con agua helada. Naturalmente, el mono se detiene.
Luego de un rato, alguno de ellos hace otro intento y a poco de tocar la escalera, todos son rociados con el agua helada.
Cuando este proceso se repite un par de veces más, si alguno intenta tocar la escalera, los otros lo impedirán y le pegarán; entonces, a pesar de la tentación de las bananas, ningún mono se atrevía a subir la escalera.
Una vez que llegamos a esta situación, retiramos uno de los monos y lo sustituimos por otro nuevo (que obviamente no conoce el experimento).
El nuevo mono ve las bananas e inmediatamente trata de subir por las escaleras y para su horror, todos los otros monos lo atacan. Y obviamente se lo impiden, aunque volverá a intentarlo un par de veces más hasta que aprenda que si intenta subir por las escaleras lo van a golpear sin piedad. Luego, se repite el procedimiento: se retira un segundo mono y se incluye otro nuevo. El recién llegado va hacia las escaleras y el proceso se repite: ni bien toca la escalera, es atacado brutal y masivamente. No sólo eso: el mono que había entrado justo antes que él (¡que nunca había experimentado el agua helada!) participaba del episodio de violencia con gran entusiasmo.
Un tercer mono es reemplazado y ni bien intenta subir las escaleras, los otros cinco lo golpean. Dos de los cuales que están golpeando al tercero, no tienen ni idea de por qué no deben subir las escaleras. Se reemplaza un cuarto mono, luego el quinto y por último, el sexto, que a esta altura es el único que quedaba del grupo original.
Al sacar a éste ya no queda ninguno que haya experimentado el episodio del agua helada. Y una vez que el último intenta subir un par de veces, y es golpeado furiosamente por los otros cinco, queda establecida la regla: no se puede subir por las escaleras. Quien lo hace se expone a una represión brutal. Sólo que ahora ninguno de los seis tiene argumentos para sostener tal barbarie.

«Es más fácil desintegrar un átomo que un pre-concepto»
Albert Einstein.


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